Imagen de la izquierda sin filtro polarizador, la de la derecha con filtro.
Estas dos fotografías están tomadas en el mismo momento del día con tan solo unos segundos de diferencia.¿Por qué se ven tan diferentes entonces? La única diferencia entre ambas es la utilización de un filtro polarizador y el reajuste de los valores de exposición para compensar la luz de absorbe el filtro.
¿Está la de la derecha subexpuesta, le falta luz? No, lo que ocurre es que el brillo del agua ha desaparecido por el efecto del filtro polarizador saturando los colores. Si nos fijamos en la barca y las rocas conservan la misma luz que en la imagen de la izquierda.
Ahora que os he enseñado uno de los efectos que podemos conseguir con el filtro polarizador, vamos a pararnos un rato a explicar qué son, cómo funcionan y cuándo y cómo los utilizamos. No será algo rápido ¡aviso!
¿Qué son los filtros polarizadores?
Son esos filtros que muchos fotógrafos recomiendan incansablemente porque “dejan los colores muy bonitos”. También son esos filtros que muchas personas compran porque se los han recomendado pero no tienen muy claro cómo funcionan. Bien, yo soy de los que los recomienda, pero vayamos por partes.
Son filtros, y por lo tanto se trata de unos elementos que colocaremos delante de nuestro objetivo con algún fin y buscando algún efecto en nuestras fotografías. ¿Cuál es ese efecto? El de polarizar la luz que llega hasta el sensor o la película de nuestra cámara de fotos.
Tradicionalmente existían dos tipos de filtros polarizadores, los lineales y los circulares, pero actualmente los más utilizados son los
¿Qué efectos tienen?
Para no meternos en la física de la luz y en explicaciones más teóricas, nos quedaremos con que estos filtros tienen básicamente dos efectos:
- Saturar los colores.
- Quitar brillos y reflejos.
El problema está en que normalmente estos filtros absorben luz. Generalmente habrá una diferencia de un paso o paso y medio si medimos la luz con y sin filtro. Por ejemplo, si el valor correcto de exposición sin filtro es de 1/125 segundos a f/8, con filtro obtendríamos una medición correcta de 1/60 o 1/40 también a f/8. Utilizar el filtro en este caso podría suponer que la foto saliese movida por ejemplo.
Esto nos obliga a que si queremos aprovechar al máximo la luz que tenemos, tengamos que utilizar los filtros polarizadores únicamente cuando sean útiles.
Este inconveniente puede convertirse en un efecto alternativo si lo que estamos buscando en una escena es precisamente un filtro que absorba parte de la luz.
¿Cuándo y cómo los utilizamos?
Los utilizaremos lógicamente, siempre que queramos conseguir uno de los dos efectos que producen.
El máximo efecto de saturación de los colores se consigue cuando la fuente de luz se encuentra a 90º con el objetivo de la cámara.
En la naturaleza la fuente más habitual de luz es el sol, y como norma general incidirá con ese ángulo sobre nuestra cámara en tres momentos del día, al amanecer y al atardecer si apuntamos con nuestra cámara hacia norte o sur, y al mediodía apuntemos hacia donde apuntemos ya que se encontrará justo sobre nuestras cabezas.
Para eliminar brillos y reflejos conseguiremos el máximo efecto cuando estos se encuentren en un ángulo de unos 30-45º
Cómo podéis ver en la imagen de arriba, estos filtros están formados por dos anillos, uno que nos servirá para enroscarlos en el objetivo, el otro, el que lleva el filtro, lo utilizaremos para rotar el filtro y aumentar o disminuir de esta manera su efecto como podéis ver en el vídeo siguiente:
Lo que se ve en la esquina inferior izquierda son mis dedos haciendo girar el filtro a la vez que se ven sus efectos. Por lo tanto, es normal que después de enroscar el filtro al objetivo, éste pueda seguir girando, pero únicamente debe girar el anillo frontal.
Al utilizarlo simplemente tenemos que rotar el filtro a la vez que miramos por el visor hasta conseguir el efecto deseado.
Aunque no es su finalidad, hay fotógrafos que utilizan este filtro para conseguir exposiciones más largas. Al absorber parte de la luz, permiten alargar el tiempo de exposición, algo útil si queremos que algún elemento aparezca movido en la fotografía.
Algunas situaciones en las que son muy útiles estos filtros son:
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- En un paisaje saturarán el color azul del cielo, lo que hará que aumente el contraste con el blanco de las nubes.
- Frente al mar, un lago o un río, podremos eliminar el reflejo del cielo sobre el agua y así ganar intensidad en el color del agua además de ver mejor lo que hay bajo su superficie.
- Podemos eliminar los reflejos del cristal de una ventana, escaparate, un reloj, etc.
- En un bosque nos ayudarán a saturar el color de las plantas al eliminar el brillo que tienen algunos tipos de hojas
- Tras una lluvia, todas las superficies mojadas tienen colores más saturados, pero también brillos y reflejos. Utilizando estos filtros conseguiremos unas superficies llenas de color.
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Errores frecuentes
Un error frecuente es dejar estos filtros siempre puestos sin comprobar si realmente alguno de los efectos que buscamos son evidentes. Con luz frontal o trasera, estos filtros no tendrán ningún efecto sobre la saturación de los colores. Si no tienen ningún efecto sobre la imagen no pasa nada, la foto será igual que si no utilizásemos el filtro. El problema es que como comentaba antes nos están quitando luz sin ninguna necesidad.
Otro error habitual es tener la cámara colocada en horizontal, ajustar el filtro para conseguir el máximo efecto y después girar la cámara para hacer una foto vertical sin tocar el filtro. Al hacer ese giro y no girar también el filtro, éste habrá rotado 90º a izquierda o derecha con lo que sus efectos quedan totalmente anulados.
¿Cuál me compro?
Lo primero de todo que tienes que tener en cuenta es cuál es el mayor diámetro de la rosca de todos tus objetivos. Por ejemplo si tienes un objetivo con un diámetro de rosca de 62mm y otro con un diámetro de 77mm, mi recomendación es que te compres un filtro de 77mm y un adaptador que te permita montarlo con el objetivo de diámetro 60. Por lo tanto compraremos siempre el filtro del mismo tamaño que nuestro objetivo con mayor diámetro.
Si te compras uno de 60mm, tendrás que comprarte otro de 77mm para poder utilizar un filtro polarizador en el objetivo de mayor diámetro. Esta norma sirve para todos los filtros circulares sean del tipo que sean. Lo que sí es cierto es que los filtros suelen aumentar su precio al aumentar su diámetro, así que merece la pena valorar la utlilización que le daremos al filtro con ese objetivo de mayor diámetro, ya que puede que no merezca la pena comprar uno tan grande y podamos fijarnos en el objetivo de un diámetro menor.
Además lo ideal es que la calidad del filtro polarizador se ajuste a la del objetivo que vayas a utilizar. Hablando claro, no tiene sentido utilizar un filtro polarizador de 10 euros (si es que los hay) en un objetivo que cuesta 2000 euros. Toda la calidad del objetivo la perderás al poner el filtro delante. Igualmente tampoco es necesario gastarse 150 euros en un filtro que utilizarás en un objetivo de 100 euros, funcionará bien pero no aportará mucho más que un filtro de 50 euros.
La marca que he venido utilizando en estos últimos años es B+W, ofrecen buenos resultados, aunque es cierto que también cuestan bastante. Una buena alternativa sin perder demasiada calidad son los de marca Hoya. Si optamos por una alternativa más económica la opción será la marca Hama.
Fuera de estas marcas podemos encontrar infinidad de filtros polarizadores “tirados de precio“, pero al probarlos comprobaréis que además de buen precio ofrecen unas dominantes de color que nada favorecerán a nuestras fotos, así que no os los recomiendo salvo si lo que estáis buscando es ver el efecto del filtro polarizador y luego ya decidir cuál compráis para utilizar “de verdad”, aunque únicamente estaréis tirando a la basura entre 10 y 25 euros.
Si estáis utilizando un objetivo gran angular, es posible que necesitéis comprar un filtro polarizador “slim”. Se trata de un filtro polarizador como los demás pero más fino para que los bordes del filtro no aparezcan en las esquinas al utilizar el objetivo angular. Lógicamente además de más fino también será más caro.
Conclusión
Los filtros polarizadores son unos de los más recomendados por los fotógrafos ya que nos permiten conseguir colores espectaculares. El “problema” es que nos quitan luz, por lo que si no van a tener ningún efecto no es necesario utilizarlos.
Si antes de colocar el filtro en el objetivo miramos a simple vista através de éste la escena que queremos fotografiar, a la vez que lo vamos girando podremos comprobar si conseguimos el efecto que buscamos.
Seguro que si los probáis os sorprenderán los efectos que podemos conseguir. ¿Los has probado ya? Enséñanos tus fotos con el filtro polarizador
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