Imprimir fotos me parece maravilloso. Recuerdo la primera vez que vi salir una de mis fotos a través de mi plotter recién estrenado… parecía magia. Ver cómo se convierte el papel blanco en algo que has creado tú es algo que me encanta.
Pero esa es la parte bonita. Hoy en día la mayoría de fotógrafos no disponen de su propia impresora, así que imagino que estás en una situación parecida a la siguiente: Cada vez que llevas unas fotos a imprimir, especialmente en grandes formatos, te empiezan a pegar sudores fríos cuando tienes que ir a recogerlas… nunca sabes lo que te van a entregar.
Si vienes a verme, eso te lo evitas. Te ofrezco una impresión personalizada, lo que significa que antes de imprimir las fotos nos sentamos delante de mi monitor. Miramos cómo está la foto, ves cómo te quedará impresa, tal cual. Si algo no te gusta, hacemos el ajuste que sea necesario y lo arreglamos en un pis-pas antes imprimirla. El resultado será el que has visto en el monitor, con lo que te evitarás sorpresas.
Pero siempre puedes hacer algunas cosas en casa para mejorar los resultados de tus impresiones tanto si vas a imprimir tus fotos, como si vas a llevarlas a algún impresor. Por eso quiero darte algunos consejos para mejorar los resultados al imprimir tus fotos.
Baja el brillo de tu pantalla
Generalmente el problema que tienes al imprimir tus fotos es que no se ven tan luminosas como en la pantalla de tu ordenador. Es bastante que probable que tengas el brillo de la pantalla muy alto.
El primer consejo que doy a las personas que me traen fotos para imprimir, es que bajen el brillo de su pantalla alrededor del 20-25%. De esta forma se parecerá más a lo que saldrá impreso. Aún así, como ofrezco una impresión personalizada, si al verlas en el estudio, todavía necesitan algún ajuste, se lo hacemos al momento.
Tener la pantalla con el brillo demasiado alto suele ser el principal problema de que las fotos impresas queden oscuras, por eso es lo primero que recomiendo a todo aquel que no tiene la pantalla calibrada.
Ajusta la exposición de tus fotos según el histograma
Cuando proceses tus fotografías, si lo haces desde una pantalla que no esté calibrada, como posiblemente lo estés haciendo, fíjate bien en el histograma. Casi te diría que te fijes más en el histograma que en la foto en sí.
Si tu pantalla no está calibrada, no puedes fiarte de lo que veas. Pero sí podrás fiarte del aspecto del histograma.
Para una fotografía normal, con un contraste normal, el histograma debería ir desde el valor cero (a la izquierda) hasta el valor 255 (a la derecha) y tocar justo ambos extremos. En el centro debería ser donde se concentre más información del histograma. Si tu foto es más bien oscura, esa información se concentrará a la izquierda y si es más bien clara, lo hará a la derecha.
Aprende a interpretar el histograma correctamente y verás como los resultados de tus fotos impresas mejoran mucho. Puede que te lleves sorpresas al imprimirlas, pero las minimizarás.
Ten en cuenta las características del papel
Papeles hay muchos, puedes escoger entre una buena gama, pero cada uno tiene sus características. Ya no sólo si es brillo, mate, liso o rugoso, sino que además unos papeles absorben más tinta que otros, tienen más o menos contraste, etc.
Lo ideal sería que si llevas tus fotos a imprimir, tengas los perfiles de color de tu impresor, pero para que te sean útiles, tendrás que tener tu pantalla calibrada. Si no la tienes, esos perfiles te servirán de poco.
Aún así, aunque todo esté calibrado, siempre hay una pequeña diferencia entre lo que vemos en la pantalla y en papel. Esto es porque las fotografías en la pantalla emiten luz por el propio monitor y sin embargo en papel, las verás según la luz que reciba éste.
Lo ideal sería que supieses dónde pondrás la foto una vez impresa. Así te podrás hacer una idea de cómo podrá cambiar en función de la luz que reciba ese espacio. Por ejemplo, en mi estudio, elegí las luces y su temperatura de color teniendo en cuenta que habitualmente habrá expuestas más fotos en color que en blanco y negro.
Ajusta el tipo de papel que usarás
Además de color, intensidad, textura, etc. los papeles pueden variar su gramaje y en consecuencia su grosor. Si vas a imprimir por tu cuenta con papeles más gruesos de lo habitual, ajusta el grosor del papel de forma adecuada para que los inyectores de la impresora no rocen el papel y te provoquen manchas.
Algunos fabricantes de papeles facilitan esa información, pero otros no, así que tendrás que averiguarlo en función del papel que vayas a utilizar.
Usa un buen papel
Ya que te hablo del papel, mi consejo es que escojas siempre el mejor papel que puedas.
He hecho muchas pruebas con papeles de varias marcas, incluso de marcas blancas, y no hay punto de comparación entre las sensaciones que transmite una foto impresa sobre un papel grueso, con cuerpo, que pesa, y una foto impresa sobre “papel de fumar” que parece que no puedes tocarla que si no se rompe.
No pierdas el tiempo ajustando el color sin calibrar tu pantalla
Ten en cuenta que mientras no tengas tu pantalla calibrada, los colores que estás viendo en ésta no son reales.
Por eso mi consejo es que no pierdas el tiempo con ajustes finos del color durante el procesado de tus fotos sin tener la pantalla calibrada.
Por ejemplo, si utilizas Lightroom no te compliques moviendo un punto más o menos el matiz, o unos grados la temperatura de color al azul o al amarillo. Si lo que ves no es real, estás perdiendo el tiempo.
Haz ajustes de color, pero sin hilar muy fino mientras no calibres tu monitor.
Hazte con un calibrador de pantalla (y papel)
Y si quieres que tus fotos impresas te queden como las estás viendo, además de pedirle el perfil de color del papel e impresora a tu impresor, deberás calibrar tu pantalla.
Para eso necesitarás un calibrador de monitores. Si sólo vas a calibrar tu monitor, por calidad y precio te recomiendo el Datacolor Spyder 5 PRO, es lo mejor que puedes encontrar a nivel aficionado, incluso para profesionales.
Si además vas a imprimir tú las fotos, en lugar de ese calibrador, te recomiendo que te compres uno que además de calibrar la pantalla te permita calibrar papel. Ahí la cosa se pone seria, ya que el precio sube bastante, pero el que te recomiendo es el Pantone Color Munki Photo. Lo tengo y es una maravilla, especialmente si tienes en cuenta el precio de algunos calibradores para papel.
Dale un punto al enfoque
Al imprimir y poner la foto sobre el papel, las imágenes pierden un poco de nitidez. Si eres de los que disfrutan con las fotografías que parecen que van a salirse del papel, eso no te gustará. Así que añádele un poco de nitidez a la foto.
Para agilizar el trabajo, me creé una acción en Photoshop que me añade la cantidad de enfoque que me gusta según el tamaño de la impresión. Con un solo click.
Puedes añadir enfoque a tus fotos como prefieras, con máscara de enfoque, con un filtro de paso alto tal y como te enseñé a hacerlo en este truco express, con el enfoque automático… Si lo haces desde Lightroom, es tan simple como ajustar la barra de enfoque y controlar la barra de máscara en ese enfoque.
Te dejo el vídeo en el que te enseño cómo darle un punto de enfoque con el Paso Alto de Photoshop por si te lo perdiste:
Imprimir tus fotos
Si logras adaptar un poco tu forma de trabajar las fotografías en el ordenador pensando en que vas a imprimirlas, los resultados podrán ser muy buenos.
Mi recomendación es que si no vas a imprimir muchas fotos, es mejor que busques un impresor de confianza en lugar de gastarte dinero en una impresora y en tinta que se secará cada cierto tiempo por falta de uso.
El impresor asume (o debería) las pérdidas por copias que no han quedado perfectas, así como por las pruebas que ha hecho anteriormente para que todo salga bien, así que eso también te lo ahorras.
Pero sea como sea imprime tus fotos, formatos pequeños o grandes, pero imprime, porque te llevarás grandes satisfacciones al ver tus fotografías sobre papel