Uno de los primeros dilemas que aparecen a todo iniciado a la fotografía es cuál será el primer objetivo que debería comprar. Hoy os hablaré de las siete claves que convierten al objetivo de 50mm en una opción que está tan de moda.
Económico:
El porqué está tan extendido el uso del 50mm recae principalmente en esta ventaja: es un objetivo rentable. Actualmente, puedes conseguir uno que cumple decentemente su función por menos de ~150€, que no supone un gasto muy exagerado cuando se busca un objetivo con cierta calidad. Entonces, por un precio asequible a prácticamente cualquier persona que se inicie en fotografía y que ya dispone de una cámara réflex, podrá jugar con varias de sus otras ventajas y cualidades.
Luminosidad:
La segunda ventaja importante es que son objetivos muy luminosos, es decir, que tienen una gran capacidad de apertura de diafragma, lo cual significa que se puede adaptar a muchos escenarios donde la luz escasea.
Una consecuencia de las posibilidades de apertura de diafragma es que podemos conseguir fotografías con poca profundidad de campo, aumentando la relevancia del objeto y dando el efecto de desenfoque de todo el fondo.
Recuerda que en cualquier objetivo, no es recomendable usar los valores extremos posibles, ya que puedes perder nitidez; así por ejemplo, con un 50mm F/1.8, es recomendable disparar al menos usando F/2.4 con el que seguirás teniendo muy poca profundidad de campo y al mismo tiempo aseguras mayor nitidez de la imagen.
Ergonomía:
Se trata de un objetivo pequeño y ligero, lo cual infiere en una mayor agilidad y comodidad en el uso de la cámara. Si te gusta la fotografía urbana, te dará un punto de discreción; quieras o no, y aunque parezca una tontería, el hecho de utilizar un objetivo voluminoso como puede ser un zoom, impone una presencia mayor y en general la gente no reacciona igual.
Campo visual y perspectiva:
Está muy extendida la idea de que el 50mm da una imagen cercana a lo que vemos realmente con nuestros ojos. Aquí hay dos temas a tener en cuenta: el campo de visión y la perspectiva.
En realidad nuestro campo visual es bastante mayor, se asemeja más al que proporciona un 22~24mm, lo que ocurre es que cuando observamos algo, omitimos gran parte de la periferia. Ahora posiblemente estés leyendo esto mirando la pantalla de tu ordenador o de tu smartphone, y tu campo visual abarca bastante más que esa pantalla, pero mientras no se mueva nada extraño no le estás prestando atención; con el encuadre de un 50mm toma un ángulo de visión de ~47º, que es como si recortamos esa periferia y nos centramos en lo que estamos mirando.
Respecto a la perspectiva, en los objetivos angulares las distancias se exageran, mientras que con los teleobjetivos los elementos se superponen de manera que todo parece compactarse en un mismo plano. Con los objetivos “normales” como es el 50mm, la relación de perspectiva entre los objetos cercanos y los alejados, se mantiene de una manera muy natural y similar a la que observamos en realidad.
Composición con tu movimiento:
Ten en cuenta que estamos hablando de un objetivo fijo, lo que significa que ahora el zoom sólo lo pones con tu posición, moviéndote; deberás acercarte o alejarte, y desplazarte más para conseguir una composición que te guste. Esto se puede ver como un inconveniente, pero para cualquiera que se inicia en la fotografía supondrá un ejercicio de creatividad. A cambio, ten en cuenta que los objetivos fijos siempre tendrán mayor nitidez que los objetivos zoom.
Relación de recorte:
Puede que para empezar en el mundo de la fotografía hayas optado por una cámara de formato APS-C, que son de un precio más asequible que una full-frame. En éste caso ten en cuenta que el sensor tiene un tamaño menor y existe un factor de recorte entre la imagen que se consigue con una cámara o la otra:
Esto significa que para obtener desde la misma posición el mismo encuadre, una cámara APS-C con un objetivo 50mm obtendrá la imagen que conseguirá una full-frame con un objetivo de ~80mm. La relación inversa sería que disparando con la APS-C con un ~35mm se conseguiría un encuadre equivalente a la full-frame con un 50mm.
Cuánta importancia tiene esto? Simplemente que usando el objetivo fijo con una APS-C, para recrear un mismo encuadre tendrás que situarte un poco más lejos.
Adaptable a muchas situaciones:
El 50mm se sitúa en una posición muy versátil en la que podrás fotografiar distintos escenarios, ya que puede servir tanto para fotografía detallista, gastronómica, urbana, retrato, naturaleza…; aunque quizás no sea el ideal para una situación concreta, se puede adaptar con facilidad. Por eso, si estás iniciándote en el mundo de la fotografía, puede ser una buena opción para ir definiendo tu estilo fotográfico.
Conclusión:
Un objetivo 50mm puede ser un buen punto de partida, relativamente económico, para cuando todavía estás definiendo tu estilo fotográfico. Resulta eficaz para abarcar una amplia gama de situaciones, en especial para fotografía urbana, de detalle o retrato, y gracias a su luminosidad puedes adaptarte a distintas condiciones de luz, así como el juego que permite la poca profundidad de campo característica, que difícilmente podrás conseguir con otros objetivos en el mismo rango de precio.
Evidentemente, si resulta ser un objetivo con el que finalmente te sientes muy cómodo, hay opciones mucho mas profesionales que mejoran sus prestaciones, ya sea por mayor apertura de diafragma, opciones Macro, mejoras del motor de enfoque, mejor material, etc.